Barakaldo inicia la segunda fase de su plan para acabar con el exceso de pivotes y bolardos

La primera fase del plan para acabar con el exceso de pivotes y bolardos ya ha llegado a su fin. El Ayuntamiento acaba de culminar la retirada de aquellos elementos que suponían un obstáculo para los servicios de emergencias que trabajan en la ciudad: policía, ambulancias, bomberos… Ahora se inicia la segunda fase de este plan, que se centrará en aquellos pivotes móviles -que suben y bajan al ser accionados con una llave- que regulan el acceso de vehículos especiales a espacios peatonales.

El objetivo principal de este plan, puesto en marcha en septiembre, es poner fin a la desordenada y excesiva colocación de pivotes y bolardos que padece la ciudad desde hace años. Con la primera fase, el Ayuntamiento ha logrado eliminar 250 elementos; una retirada que se ha efectuado en base a las recomendaciones y el estudio realizado por el propio personal de emergencias de la zona, que se ha topado en más de una ocasión con que determinados pivotes y bolardos les impedían el acceso.

Este nuevo proceso afectará a 336 pivotes móviles distribuidos por la ciudad, en 150 puntos, en un 99% en zonas con carácter peatonal. “El trabajo que se debe realizar ahora es el de inspeccionar las zonas y comprobar si la colocación del bolardo o pivote es correcta, si es necesaria”, ha explicado la alcaldesa de Barakaldo, Amaia del Campo.

En aquellas zonas en las que los técnicos determinen que no es necesaria la utilización de pivotes o bolardos, se procederá a su eliminación siguiendo el mismo proceso de la primera fase: con las brigadas municipales y material del almacén. “En algunos casos se optará también por dejar bajados los elementos de manera continuada”, ha aclarado la alcaldesa.

Sin ir más lejos, en el estudio que de esta segunda fase, se han detectado cinco tipos de pivotes en las calles de Barakaldo, entre ellos algunos de alta gama. Estos últimos habrían supuesto un coste al Ayuntamiento desde los 1.000 y hasta 4.000 euros por unidad. “Estamos haciendo referencia a los elementos que cortan el acceso a la Herriko Plaza desde la calle Aldapa, por ejemplo, que se accionan con mando a distancia”, ha indicado Del Campo. En total, Barakaldo cuenta con 39 pivotes de estas características, cuyo coste de instalación oscila los 83.000 euros. Los técnicos están recomendando la instalación de elementos de algo más de 100 euros, en caso de que fuera necesario instalar alguno en un nuevo punto de la ciudad de aquí en adelante.

En los casos en los que se considere apropiado mantener los pivotes y bolardos, se facilitará el acceso de los vehículos de emergencias mediante las diferentes llaves. En ese sentido, se han entregado ya a los bomberos y las diferentes ambulancias que trabajan en la ciudad contarán con el apoyo de la Policía Municipal, que también cuenta con las llaves necesarias para manipular los pivotes, en cada intervención.

Para la realización de esta segunda fase, el Área de Servicios Municipales necesitará de tres meses.

La tercera fase del proyecto conllevará una revisión completa de los pivotes y bolardos dispuestos a lo largo de la ciudad. En ella, se determinará cuáles son necesarios y cuáles no “y será la fase en la que los vecinos y vecinas noten aún más la eliminación de estos molestos elementos de la ciudad”, ha apuntado Del Campo.

MAYOR CONTROL SOBRE LAS INFRACCIONES

La alcaldesa ha querido recordar que la retirada de los pivotes no puede acarrear un aumento de las infracciones de tráfico. En ese sentido, a primeros de diciembre se puso en marcha la Unidad de motoristas de la Policía Local, que por su rápida movilidad es perfecta para vigilar los estacionamientos indebidos. “Hasta ahora se ha mantenido la normalidad, esperamos que continúe así y apelamos para ello nuevamente a la responsabilidad de los bararakaldeses y las barakaldesas. Los pivotes han sido un obstáculo en muchas ocasiones, no dejemos que ahora lo sean nuestros propios coches aparcados sobre las aceras”.

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